“Una persona no es un árbol: carece de raíces, tiene pies, camina. Desde el principio de los tiempos circula en busca de pastos, de climas más benignos, de lugares en los que resguardarse de las inclemencias del tiempo y de la brutalidad de sus semejantes. El espacio convida al movimiento y se inscribe en un ámbito mucho más vasto y en continua expansión.” Juan Goytisolo, septiembre de 2004. Fórum de las Migraciones de Barcelona.
“Está tendencia de las personas a instalarse en lugares nuevos supone siempre una aventura, que muchas veces se torna en una arriesgada empresa, que incluye soledad, decepción, angustias y, lo que es más grave, abusos e injusticias.
Empatizar con la persona migrante es reconocer que está hecha de la misma sustancia que nosotros. Es reconocer que en su situación también podríamos estar nosotros, como quizás también estuvieron algunos de nuestros antepasados.
Ser migrante no es nada ajeno a nuestra condición.
Serlo es un derecho básico.
Migrar, es un derecho humano.”
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